Si algo tienen las redes sociales es que nos acercan a miles de historias de las que, de otro modo, nunca hubiéramos tenido conocimiento. A través de ellas vemos a diario historias protagonizadas por todo tipo de animales. Lamentablemente junto a bonitas y tiernas imágenes que nos hacen morir de amor o nos arranca no sólo sonrisas, sino hasta carcajadas, hay otras que nos indignan, nos entristecen y nos hacen preguntarnos qué clase de personas son capaces de llevar a cabo esas conductas con quienes para nosotros forman parte de nuestra familia. Hoy queremos hablaros un poquito de la legislación que tiene por objeto la protección de nuestros animales, y queremos hacerlo con la única pretensión de que estemos todos más informados. Haz clic aquí para editar. Estoy segura que muchos habréis pensado que si existen leyes parecen no funcionar ante la avalancha de casos que llegan a nuestro conocimiento. Sin embargo es aquí donde se hace necesario hacer algunas puntualizaciones. El que hoy denominamos Derecho Animal, como conjunto de normas encaminadas a la protección y bienestar de los animales, es algo de tan reciente creación que, en España sólo hemos encontrado una universidad que lo incluya como disciplina de estudio. De hecho la legislación en nuestro país relativa a los animales lo era en la línea de nuestro Código Civil, que como todos conocemos los considera como cosas. Cualquier norma que estuviera encaminada a su protección podemos considerarla como anecdótica. Como es el caso de una Real Orden de 1883 por la que los maestros en las escuelas tenían el deber de inculcar a los alumnos sentimientos de benevolencia hacia toda clase de animales. Es en los últimos años cuando estamos viviendo una notable evolución en la promulgación de normas proteccionistas lo cual, justo es decirlo, no se debe a que se “haya puesto de moda”, sino al trabajo que muchas personas llevan años desarrollando en este sentido. Y ésta evolución se produce porque también la sociedad está evolucionando en esta concepción de la necesidad de protección de los animales Para bien y para mal las leyes son el reflejo de la sociedad. Para que las primeras cambien es necesario que lo haga la segunda. Lamentablemente aún un importante sector de la sociedad tiene la errónea idea de que todo aquello que no está prohibido o sancionado está permitido. Y es esto lo que nos lleva a la necesidad de tener leyes que protejan a nuestros animales. Afortunadamente quienes amamos y respetamos a los animales nos hacemos cada vez más visibles y esto empieza a repercutir en las legislaciones. Ahora bien, es indudable que se hace necesario que la aplicación de las leyes sea más efectiva y eficaz, y eso también somos nosotros, todos, los que hemos de lograrlo. ¿Os imagináis lo que ocurriría si las denuncias por abandono o maltrato animal, por poner un ejemplo, se multiplicaran? ¿Qué ocurriría si en lugar de 20 fueran 2000? Pues que se pondría en evidencia la existencia de un problema con entidad suficiente para que las administraciones destinaran más recursos a atajarlo primero, a prevenirlo después. Pero no se denuncia lo suficiente, y no porque no hayan casos que denunciar, sino por dejadez o desidia de quienes (todos) debemos hacerlo. Volviendo al tema de la legislación e intentando seguir un orden jerárquico, señalaremos:
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Mayo 2018
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