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Historias del gato vínculo

12/22/2015

2 Comentarios

 
Escrito por Nica Misinez:

Aprovechando que nuestra compañera ElenaKaede dedicó una entrada a hablar de los gatos-vínculo que tenemos cada uno de nosotros, nos llega una maravillosa historia que tiene como protagonista a Saimon, un precioso felino de pelaje espectacular. Como espectacular fue su relación con Susana. Gracias por compartir tanto sentimiento con todos nosotros.

                                                             .................................................

Nos entendíamos a la perfección cuando cruzábamos nuestras miradas. Con sus grandes ojos ámbar radiografiaba el interior de mi alma con tanta intensidad que sinceramente creo que nadie me ha conocido jamás como él lo hizo. Sondeaba mi estado y luego actuaba en consecuencia. Ni yo fui nunca su dueña ni él nunca mi mascota. Fue el mejor compañero de vida que he podido tener. 

Llegó a mi casa con la firme determinación de no volver a querer a un humano, esos seres que le habían arrancado las uñas, que le habían abandonado y habían ninguneado su inmensa belleza de persa azul, que no habían sabido apreciar su carácter y su inteligencia superior a la de muchos de ellos. Llegó a mi casa herido y desanimado, dispuesto a abandonarse a la nada. 

Yo le quise desde que vi su carita triste y su pelo desarreglado y dediqué todo el tiempo del que disponía a reanimarle. Algo debí de hacer bien porque cambió de opinión y aceptó, después de tardes enteras tirados juntos bajo la cama meditando, mis cuidados.
En contrapartida por enseñarle que hay personas que sí saben amar a los animales, él me dedicó su vida. Se volvió encantador para que le aceptaran y le apreciaran las personas que formaban parte de mi mundo, se ganó a todos y cada uno de mis amigos y se hizo tan grande y tan insustituible que no recuerdo un solo día de todos estos últimos años en que no haya estado a mi lado.

Era uno de los pilares esenciales de mi vida. 

Era natural llegar a casa y verle correr por el pasillo para que lo primero que yo hiciera fuera cogerle en brazos y decirle: ¿dónde está mi gatín? Era natural sentir su pata sobre mi brazo si me ponía a llorar o si estaba triste. Era natural dejarle un hueco a mi lado para que se acostara conmigo si estaba enferma. Era natural charlar con él mientras me duchaba, cocinaba, me vestía o simplemente me sentaba a ver la televisión. Era natural contar con él en todos y cada uno de mis problemas, saber que estaba todas y cada una de las noches que me ha tocado pasar en vela, que han sido muchas. Era natural que se levantara cada madrugada en que me tocó cuidar a la abuela y a mamá y aguantara estoicamente sin dormir, mirándome con su infinita calma. Era natural sentir su mirada agradecida si se encontraba mal y yo trataba torpemente de poner remedio....

Fue tan generoso que hasta le pedí tiempo, un poco más de tiempo, cuando creía que no podría soportar otra pérdida, y me lo dio... aunque sé que le costó muchísimo. Hasta que no pudo más y me lo dijo con su mirada cansada y dulce "Déjame marcharme, Su, por favor..."

Era tan bello, tan elegante, tan perfecto... que todo lo que hacía parecía normal y no cualidades de un ser excepcional.

Ahora me doy cuenta de las infinitas soledades que espantó, ahora me doy cuenta de lo grande que era siendo tan pequeño porque la casa se volvió enorme con su marcha y así se quedó por mucho tiempo, ahora me doy cuenta de todo lo que era porque mi vida se ha quedado muy, muy vacía sin él.

Con estas palabras solo quería decirle una vez más que jamás le olvidaré, que me entiendan o no esos otros humanos tan tontos, no importa, era uno de los seres a los que más he querido en mi vida, el más especial de todos, el que mejor me ha entendido, el que más me ha acompañado sin pedir nada a cambio, mi amigo incondicional, mi compañero de vida y de viaje.

Nadie podrá ocupar jamás el espacio tan enorme que dejó en mi corazón.

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2 Comentarios
David link
12/23/2015 10:42:26 am

Precioso y hermoso sentimiento que siempre vivirá en ti. Goian bego, Saimon. Gracias por todo lo que le has regalado a tu compañera humana.

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Rosario
1/25/2016 12:03:46 pm

Me ha emocionado mucho leer esta historia. Reconozco que el momento de "déjame marchar" me resuena tanto que puedo imaginar hasta lo que no dices. Los que no lo entienden jamás sabrán que hay una parte de su alma dormida, los que sí, somos muy afortunados por vivir esa magia.

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